DE DONDE VENGO YO...

No sé si ustedes alguna vez se han preguntado por qué son de cierta manera, de dónde provienen sus reacciones y sus formas de ser con los demás. Yo siempre he tratado de hacerlo de manera autocritica para entenderme un poco más, y he descubierto que aunque tengo una esencia propia, que de hecho me gusta mucho, también he ido cargando con cosas que no me pertenecen ni me aportan, cosas que he ido dejando en el camino porque pesan, y por el contrario sigo llevando aquello que me enorgullece y me hace sentir ligera.

Vengo de una familia con un gran sentido del humor; donde sea que estemos, siempre encontramos un motivo para reir. Nos gusta encontrarnos en medio de charlas y terminamos inevitablemente riendo, con esa risa que llega con ganas, genuinamente y que recarga el alma. Y somos así porque no sabemos ser de otra forma. Así que si en mi esencia hay algo de humor, es gracias a ellos.

Vengo de una familia que una vez decoró la casa de mi mamá con bombas y colores para celebrarle la aprobación de su visa americana sin que se la hubieran dado.  Así de positivos y expresivos somos, digo somos, porque todos heredamos de alguna manera gran parte de las creencias, valores y costumbres de cada una de nuestras familias, y yo por supuesto conservé parte de la esencia de muchas personas importantes de mi vida y las acogi inconscientemente como parte de mi.

Tengo un poco de esa mamá que me abrazaba todas las veces que me encontraba en algún pasillo de la casa mientras yo iba en cualquier dirección: al baño, al cuarto o a la terraza, y lo hacía como si me acabara de ver; en medio del abrazo, me sonreía y me decía: "te amo".

Un poco de mi abuelita que siempre encontraba la manera de curarme de lo que fuera, dolor de cabeza, de estómago o de la cortada más pequeña que alguien pueda imaginar, ella siempre tenía un remedio para cada mal, era su forma de demostrarme su amor; un poco de mi abuelito que cada vez que me veia sonreia y siempre me hablaba con dulzura, me cantaba en cada cumpleaños y me cargaba en sus piernas como la niñita pequeña que siempre fui para él.

Tengo de aquí y de allá...del amor de mis abuelitos, de mi mamá, de mi hermanito (que siempre será mi hermanito chiquito, aunque de lejos sea muchísimo más alto que yo), de mis tías, y mi tío, mis primas y mis primos a los que siempre el amor me unirá, porque cada uno me ha expresado su amor a lo largo de su vida de maneras diferentes.

Una de mis tias siempre, como la mamá de Encanto, me demostraba su amor por medio de la comida, su lenguaje del amor era servirme mucho y asegurarse de que lo comiera todo; siempre había comida hasta para repetir y me invitaba a trotar con ella, aunque sabía de mi flojera para el ejercicio... Mi respuesta era, en medio de risas, que otro día. Hoy pienso que quizas lo debí haber intentado...

No olvido que dos de mis tias me ayudaron a arreglarme para mi primera fiesta y de manera alcahueta me dejaban una cuadra antes para que mis amigos pensaran que había llegado sola, pero ellas se quedaban esperando en una esquina hasta que entrara al lugar; otras tias que siempre cuidaban de mí, de maneras diferentes, pero siempre amorosa y sabiamente; un tío que en cierta manera fue por un tiempo una imagen paterna al que le encantaba bromear, hacer chistes e interesarse siempre en cómo estaba, ellos: MI FAMILIA ahora son mis amigos también, me confian y les confío mi vida, pequeñas partes de ellos viven en mí; soy un poco de lo que ellos han sembrado y, por supuesto, de lo que he permitido que crezca...

De mi familia aprendí que la generosidad que tienes con otros es como una siembra que recoge las cosechas más abundantes a lo largo de la vida.

De ahí es de donde vengo yo... no todo es perfecto por supuesto, pero incluso en las pequeñas imperfecciones, también se han forjado mi carácter, mi espíritu de lucha y quién soy. Todo esto lo valoro y atesoro como el mayor de mis bienes.